Soy un cadáver precioso

Soy un cadáver precioso,

con luz parezco todavía con vida,

con sombra soy una sombra que siente.

No vendrás, no existes,

a penas podría yo verte antes de morir,

podría resucitarte en un poema,

si vinieras, si regresaras a los renglones

de mi calavera, tan blanca y sola y soleada.

Soy el hueco frío de mis costillas,

el alma se me fue contigo,

te acompaña cuando

ves a los gorriones en los patios,

cuando escuchas lo que ya no digo.

No me importan ya las mareas,

mi caligrafía es de esquela,

de campo de concentración,

de muelle al alba de domingo.

Soy lo que queda de abandonar mi raza,

mi apellido, mi última palabra.

Soy un cadáver precioso,

a menudo parece que sangro todavía,

se pueblan mis pulmones de albahacas,

y mi voz se acerca a mi boca,

y mis manos se rellenan de carne,

y salgo a la calle como si estuviera vivo,

con mi traje negro recién planchado.

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3 Respuestas a Soy un cadáver precioso

  1. Beatriz dijo:

    Aunque haya personas a las que la poesía no les llegue todo lo que les deberia llegar, es maravilloso que haya gente capaz de escribir sobre sus sentimientos y expresarlos de esa manera para que otros los escuchen.

    Te deseo que sigas así y evoluciones hasta donde tu quieras, y que siga habiendo personas a las que las emociones.

    Con todo mi cariño!!

  2. Arancha dijo:

    Es bello y agónico a la vez.

    Bss.

  3. David dijo:

    Sentir la muerte en vida y escribir sobre ello, es sentir un más allá en un acá dignificado.
    Me impactó leerlo, releerlo, más aún.

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