Voy buscando el no,
no hay quizás o futuro que no me empeñara
en transformar en un nuevo no,
precioso, de acero o espiga, un no infranqueable.
El sí es el trigal rubio y maduro,
huele a la plaza de mi pueblo
cuando llegan las carretas que vuelven de la siega.
El sí cimbrea las aspas del molino de marzo,
es una boca que besa la piedra y la blanquea,
enharina el delantal de mi frente.
Sí, me dice hoy, pero mañana no lo dirá.
Mi refugio está en tu no,
negro de locomotora antigua y de vapor
porque es otro no
tan grande como el mío,
porque descarrila mis manos,
un no que decidió abandonar las estaciones,
un no que llega siempre con puntual demora.
Existe mi poesía por tu no,
a pesar del humo del carbón y de la era.
.
A veces un posible o rotundo no, abre la puerta para un posible y definitivo SI.
La Rubia tiene razón… el rotundo no y el definitivo si, ofrecen algo, una ambivalencia, y algo más, pues ambas cosas son respuestas.
Pero… ¿y la puerta?.
La puerta es esta nueva maravilla que aquí nos dejas.
No te creo… los sentimientos y las dudas están íntimamente relacionadas. Buscaras el no pero en algún momento te embargaran las dudas.
Vale más un desengaño, por cruel que sea, que una perniciosa incertidumbre… ¿No crees?.
Bsss.