Madrugada y pena

Ladran los perros y Madrid a lo lejos,

hoy no busco más palabras,

las aprendí todas, las desordené en bandadas

y no dejaron de pudrirse,

mis palabritas alegres, a la tierra regresadas.

Deja que me vaya, me quedan las vidrieras más altas,

si no las viste no provoques su fractura,

puedo alejarme guardando mi dolor en la boca,

sin tener que desenterrarme,

me iré en silencio, sin más color.

Yo te quería verde y no pude,

se me agarró al pecho tu gris de invierno,

y tú viniste a verme y te recibió mi pena,

ay, te dijo,

y mis palabritas alegres se mudaron a otras bocas

que no las matara, se llevaron con ellas mi azar,

mis ganas de hablarte en los miradores.

Ay, te dijo, pero querría no haberte dicho nada.

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Una Respuesta a Madrugada y pena

  1. Arancha dijo:

    Pobre…no es que seas duro no, lo siguiente…

    Bss.

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