Maullidos

         
        Creo que estoy vivo porque no tengo ni fuerzas ni arrestos para dejarme morir, es una sensación extraña esta de andar por la acera o por cualquier camino cuando lo que mi mente percibe es que voy arrastrándome sin dirección alguna, sin propósito aparente, simplemente voy reptando, echo un brazo hacia delante y luego el otro y con lo que puedo, con la boca, con los pies, me impulso, un impulso propio de una serpiente ciega que espera la garra del águila para dejar de sufrir. Yo no tengo esa suerte que tiene la serpiente ciega, yo todavía veo lo que me rodea y siento asco, la náusea es la acción más enérgica, aunque involuntaria, que me queda. Y no veo águilas, veo ángeles tan blancos que deslumbran y parece que te van a salvar pero que en realidad desean cegarte como a la serpiente. He conocido muchos de estos, a algunos los he besado, con otros he compartido mi cama y mis ansias, con otros menos he temblado agarrado a sus cuerpos más desnudos y menos blancos que mis manos, y después, debe ser que no somos tan buenos como decimos o que alguien nos hizo mucho daño, han querido arrancarme los ojos y machacarme las manos con piedras, con sus olvidos, con sus mazas, con sus miradas. Yo prefiero las águilas, al menos ellas saben volar en soledad….

       Entra por la ventana el sonido de una sirena que interrumpe todo con su quejido eléctrico, son las 11 y media de la noche, hasta entonces por fuera sólo se escucha la rutina de la lluvia de mayo sobre los techos de coches, los charcos como universos en expansión dan cuenta de las varias horas que lleva lloviendo. Los gatos están tristes y hambrientos pero su maullido queda silenciado por el concierto de metal y agua de las gotas. Tres paraguas dispersos y anónimos son las únicas notas de color junto con la cruz verde del luminoso de la farmacia que hace las veces de farola y de nave marciana a punto de despegar. El salón está iluminado con delicadeza, una lámpara de escritorio y una de pie al fondo de la sala. No hay cortinas, no hay cuadros colgados en la pared, no hay aroma a casa. Por el ventilador del techo se descuelgan las notas que salen de los altavoces, es Chet Baker y su trompeta siempre a punto de doblarse de melancolía. Una sombra de un hombre está de pie y mira por el hueco que deja la persiana a medio echar, el ruido de la sirena se aleja dejando de nuevo el consuelo del jazz en las orejas, ya más tranquilas vuelven a escuchar los maullidos de Chet y de los gatos y el crepitar húmedo de la lluvia. La sombra proyecta a un hombre que después de estirarse y bostezar vuelve a su escritorio. Sus ojos regresan al texto brevemente abandonado, lee lo que acaba de escribir, demasiado sencillo, piensa. La imagen en primera persona de un hombre psicológicamente abatido no es ni original ni impactante, piensa. El símil de la serpiente y el águila es bueno, sigue pensando y vuelve a escribir mientras arranca lentamente “My Fanny Valentine” en la cadena de música.

       Creo que estoy muerto porque no tengo ni fuerza ni arrestos para dejarme vivir, es una sensación extraña esta de andar reptando por la acera o por cualquier camino cuando lo que mi mente percibe es que voy andando sin dirección alguna, sin propósito aparente, simplemente voy caminando, echo un pie hacia delante y luego el otro y con lo que puedo, con la boca, con las manos, me impulso, un impulso propio de un águila ciega que espera el mordisco de una serpiente para dejar de sufrir…
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4 Respuestas a Maullidos

  1. Anónimo dijo:

    Me gusta tu poesía, pero también tus mínimos relatos.. son muy tu.. muy todos.. quien no se ha sentido así alguna vez¿?¿?

    Gracias por plasmar ideas, sentimientos, sueños.. que todos, muchos.. tenemos, pero no podemos hacerlo tan bien como vos¡¡

    Te quiero Tomás

  2. Anónimo dijo:

    Muy bueno, realmente los relatos te trasladan a la historia, llegas a sentir, a aquejarte de los sufrimientos que expresas.
    Buenas palabras, buena forma de conjugarlas.
    Me encanta

  3. Anónimo dijo:

    mmmmmmmmm

  4. Jone dijo:

    Bárbara descripción de luces y sonidos, de contrastes, de pensamientos y visiones…

    Tu capacidad de abstraernos a mundos conocidos es de una clarividencia absoluta…

    Reflexionando…

    Deberías aprovechar… esta faceta compositiva…

    No lo olvides…

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