Destierro

Siembra mi saliva de jaguar
canela por tu pecho de jungla.
En tu templo se envenenan
las sombras de las manos
mientras temes y amas cómo te miran ahora mis ojos,
ya sin laberinto.

Mi boca desaprende las palabras
y vuelve a los ritos y al tambor,
a la humedad de la tierra sin patria.

Se retuercen las sábanas y los relojes,
no hay alarma que te salve
cuando alcanzo tu fondo último
con todas mis aristas hechas brote.

Se arquean y cimbrean y quiebran
las espaldas de los gatos negros
con tu cuello como asesino testigo.

Cuerpos en escalofrío de gozo
con tu vientre como epicentro
o como tumba
o como último segundo de nuestro jadear.

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Una Respuesta a Destierro

  1. poeta bululú dijo:

    He llegado aquí desde el blog de Guillermo… bueno, bueno… me encanta tu poesía, he leído algunas anteriores… inventario, ésa que se deshoja al final… el relato de los maullidos… mola cómo escribes, si no te parece mal… seguiré tus huellas a ver dónde me llevan.

    Un saludo de poeta bululú

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