Tierra-mar

Sigo al acecho,
una víbora a la sombra de tus girasoles
que espera la noche, que espera.

Antes me consolaba el mar,
te esperaba en una de sus rejas
para amarte o para huir,
la tarde se desmoronaba
en pétalos violetas y rosas
con la misma duda, si volverás.

Pero yo he vuelto al campo
decidido a treparte las espinas,
morderé tus raíces de arrecife antes de irme,
tendrás que organizar una batida
de águilas contra mi.

(cuento con un comando de golondrinas,
cuatro gaviotas tierra-mar y un gato negro)

Sigo al acecho,
disfrazado de agosto,
la incertidumbre
me rezuma y envenena,

pero la duda
me hace poeta.

Publicado en Poesía, Poesías recientes | 3 comentarios