Si fuera tan fácil
hablar contigo
como hablo contigo
en los papeles,
decirte que este desorden
de quererte
busca tu boca,
si fuera tan fácil
el decirte
como el quererte,
el hablarte
como el pensarte.
Si supiera
en que palabra,
bajo que sol,
en que ronda redonda
del reloj
de mi muñeca
me has de escuchar,
si fuera tan fácil
que tú me quisieras
como te atiendo yo,
si fuera tan fácil,
yo no te querría.
No sé por cual
será de los recuerdos,
en que galería
de las alegrías
que se perdieron,
desde que fecha
encontrada
en el calendario,
vendrás.
Y rescataré
mi mejor sonrisa
del trasfondo
de algún cajón,
y la vestiré de flores
y palabras,
o quizás
forme una nueva
hecha de la tristeza
que las viejas dejaron,
reciclada como los papeles
que no sobrevivieron,
y querré no hacerte
más recuerdo,
ni guardarte
en la galería III
donde están
las peores alegrías,
ni tener que ver
cada año el mismo
día del calendario,
si te marchaste,
ni rescatar más sonrisas,
ni reciclarlas de nuevo
(papeles más negros,
más muertos).
Pero vendrás.