De tu boca me gusta hasta lo que no dice,
amor, destello, presagio…
En tu boca se insinúan las palabras tibias,
sugieren por el quicio de los labios entornados:
sueño, mañana, inmenso.
Pero tus palabras te las digo yo,
nunca recibo tu voz encendida,
radiante, decidida por las ondas del aire.
Y vuelvo a ver tu boca callada,
sus pliegues, sus orillas tiernas,
pequeño cerro o ladera norte de montaña,
ya sin palabras, detenido en su forma,
y no me importa que no diga nada.