1998 (I)

Fuera de ti

y de la rosa

el que vive

sólo es cadáver

del que yo soy.

 

La palabra amor,

el océano,

el color de la pradera

del mes de mayo

en Madrid,

no tienen sentido.

Ni el campo

de girasoles,

ni el mirador,

ni la tarde de sábado,

ni mi desván….

(Todo sería nada).

El cielo

aparecería opaco,

las miradas

partidas.

Lejos quedaría

mi voz

y tu palabra.

 

El universo

en una esquela

fuera de ti

y de la rosa.

 

 

Siempre

te quise

porque no

me querías.

Eras el sueño

y las calles.

Vencía

los astros

contigo,

llamándote,

sintiendo

tu beso

sin buscarlo.

 

Siempre

te quise

porque no

me querías.

Eras el campo

fértil

que cultivaba

mi poema.

Sangraba

de rabia

por verte

lejos de ti,

alejada

de todo,

no pensando

a voces,

sin vestidos

con flores

que nunca

se marchitaban.

 

Por raíles

de plástico

te he soñado

ligada

a mí,

dormida

siempre luz

en mí,

mujer sincera

que descarrila

hacia mi alma.

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