Fuera de ti
y de la rosa
el que vive
sólo es cadáver
del que yo soy.
La palabra amor,
el océano,
el color de la pradera
del mes de mayo
en Madrid,
no tienen sentido.
Ni el campo
de girasoles,
ni el mirador,
ni la tarde de sábado,
ni mi desván….
(Todo sería nada).
El cielo
aparecería opaco,
las miradas
partidas.
Lejos quedaría
mi voz
y tu palabra.
El universo
en una esquela
fuera de ti
y de la rosa.
Siempre
te quise
porque no
me querías.
Eras el sueño
y las calles.
Vencía
los astros
contigo,
llamándote,
sintiendo
tu beso
sin buscarlo.
Siempre
te quise
porque no
me querías.
Eras el campo
fértil
que cultivaba
mi poema.
Sangraba
de rabia
por verte
lejos de ti,
alejada
de todo,
no pensando
a voces,
sin vestidos
con flores
que nunca
se marchitaban.
Por raíles
de plástico
te he soñado
ligada
a mí,
dormida
siempre luz
en mí,
mujer sincera
que descarrila
hacia mi alma.