1999 (I)

Hablaban en la radio de poesía.

Era imposible, en la radio

nunca se habla de poesía.

Decían Rafael Alberti ha muerto

esta madrugada

en el Puerto de Santa María,

pero era imposible.

 

Rafael, siempre marinero,

en Cádiz se muere la mar,

siempre mar y poeta,

en Cádiz se muere España.

Decían que noventa y seis años

de certeza habían muerto,

que por la bahía esparcirían sus cenizas,

pero era imposible.

¿Se enterrará tu paloma, tu mar y tu verso,

tu Puerto de Santa María?

 

Hablaban en la radio de poesía,

entre noticias, antes del deporte

(no olvido a Platko),

hablaban de poesía,

pero era imposible.

Decían Rafael Alberti ha muerto

a los noventa y seis años en su casa

del Puerto de Santa María,

en todas las cadenas Rafael Alberti,

ya cenizas, se esparciría por la bahía,

pero era imposible.

 

Sólo hoy, “Rafael Alberti ha muerto”,

se hablaba en la radio de poesía,

parecía imposible….

 

 

 

 

Voy a parar la noche

con o sin estrellas,

a registrar las ciudades

y las bocas de los niños,

a preguntar los nombres,

a descifrar las firmas,

a estudiar las ojeras sin mentira,

los dibujos de las nubes,

los capítulos de la marea.

 

Te esperaré en la linde

con los ojos cerrados,

con lágrimas de ceniza,

con la memoria del dolor

que todo lo provoca

y nada entierra.

 

Dispararé sin remedio

cuando asome tu certeza,

si cambian los cielos,

si vuelve la primavera,

si tiemblan los cimientos de mis manos.

 

Y si a pesar del alma pasas,

te filtras o inventas,

abriré los ojos,

te miraré como se mira

a la mar o la muerte,

a la vida o al océano,

y sabré llorar que tu sonrisa

no necesite pasaporte.

 

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